domingo, 3 de marzo de 2013

He tirado la toalla. No voy a luchar más, me he cansado de forcejear con la disforia, siempre acaba ganando. Siempre vuelve. Es como si estar vacía fuera mi estado anímico, como si estuviera programada para ser así. Siempre me ha importado sentir dolor, siempre he intentado que se fuera. Siempre me ha gustado ser feliz. (¿Y a quién no?) Pero algo ha cambiado. Ahora no me importa sufrir, e incluso he dejado de llorar por las mañanas ante la idea de que tengo que aguantar un día más, y en vez de poner música para evadirme como solía hacer, me tumbo bocabajo y me recreo en la angustia, alejando de mi mente todo lo que no tenga que ver con mi consternación. Me hace sentir viva. O muerta, no sé.

"Dicen que todo se viene abajo cuando mantienes los pies en la tierra, mi única intención es mantener la cabeza en las nubes. Dicen que no puedo aguantar un día en el mundo real, yo digo que no podrás sobrevivir una noche en el mío"


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